El general Pinochet, asesino corrupto, ha muerto. Que en paz no descance.
Es de veras angustiante que tanta gente siga elogiándolo como si fuera un héroe, y que justifiquen las muertes, torturas y desapariciones en aras del libre mercado y la lucha contra la subversión.
A mi modo de ver, la gran aportación de Pinochet no fue intenciónal de su parte. Su caso marca un hito en la evolución del derecho internacional y de los derechos humanos. Claro que es una pena que la muerte lo haya salvado, y que no haya sido condenado a cadena perpetua. Pero los precedentes legales, tal como la aplicación de la doctrina de jurisdicción internacional, puede que sirvan para enjuiciar a otros criminales como Bush, Cheney y Rumsfeld. No te rías. Los tiempos están cambiando. La impunidad ya no se puede dar por sentada.